Les primeres notícies vinculades a la destrucció d’elements patrimonials a Mosul o Nim-rud van generar un fort impacte mediàtic. Aquesta repercussió feia presagiar que les accions continuarien en les següents setmanes i mesos. Malauradament, les sospites es van fent realitat amb la destrucció de l’antiga ciutat de Hatra, a l’Irak o de Dur Sharrukin, capital de la civilització assíria durant el regnat de Sargon II (722-705 aC).
Aquest context traça diverses lectures. Per una banda ens transporta als diferents usos que es fan del Patrimoni Cultural. Estat Islàmic ha trobat un filó en aquest àmbit per disposar de publicitat gratuita a nivell internacional. Es fa un ús del patrimoni amb objectius polítics o ideológics. Res de nou. La bibliografia generada sobre aquesta tipologia d’usos és immensa. La recerca ens aporta continuament noves dades en aquest sentit, tant de conflictes ja passats, com dels avui actius desplegats per tot el món, amb casos vinculats a la destrucció i salvaguarda del patrimoni.
Obra y servicio. El empleo cultural
Elena Vozmediano | El Cultural 24 de marzo 2015
¿Recuerdan que les hablaba no hace mucho en las páginas de El Cultural sobre el coste de las exposiciones temporales? Pudimos deducir entonces que hay empresas de transporte, seguros y montaje que se llevan una buena tajada de los presupuestos de museos y centros de arte, públicos y privados, a pesar de que la crisis ha hecho disminuir el número de exposiciones y ellas han perdido parte de su mercado. Pero los recortes presupuestarios, junto a la extensión del modelo empresarial dentro de la gestión cultural pública, han provocado el auge de otro tipo de negocio: el derivado de la externalización de determinados servicios. Empezó con las cafeterías y las librerías, luego con la limpieza y la seguridad. Siguieron las taquillas y roperos (lo que ahora se denomina “gestión de visitantes”), las audioguías, la vigilancia de salas y, con más incidencia aún en la relación de museos y centros de arte con la sociedad, la mediación y la educación. Las empresas que prestan estos servicios copan los primeros puestos en cuantía de las adjudicaciones de contratos de los grandes museos públicos.