Descolonizando cómo pensamos sobre el arte | Decolonizing How We Think About Art | Décoloniser la façon donc on pense sur l’art

 


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El arte, como generalmente se refiere a la sociedad, trae a la mente pinturas, estatuas y actuaciones arraigadas en la sociedad occidental. La pintura del Renacimiento y las películas de Hollywood suelen estar a la vanguardia del arte para muchos grupos humanos. Sin embargo, todas las culturas del mundo crean arte, y la forma que toma puede ser drásticamente diferente de una cultura a otra. Parece haber algo en el arte, algo estético que nos permite reconocer el arte como arte, independientemente de sus orígenes. Este concepto de estética universal juega un papel importante en la comprensión de la relación entre el arte occidental y el no occidental porque perpetúa las narrativas coloniales que borran el ingenio de los pueblos indígenas1.

La estética universal ha justificado teorías como la del primitivismo, donde grandes artistas occidentales se apropiaron con gran éxito de conceptos del arte indígena. Al mismo tiempo, se avergonzaba a los pueblos indígenas y se les prohibía practicar su propio arte. Se sabía que muchos artistas como Picasso y Matisse exhibían arte tribal africano en sus estudios. Su arte refleja evidentemente la inspiración que obtuvieron de los estilos tribales únicos (Clifford, 1988, 190). Este ciclo de apropiación ha permitido a la sociedad occidental2 definir las prácticas culturales de otros a través de sus propios lentes culturales. Las realidades coloniales de invasión y sentido de superioridad occidental permitieron a los artistas y al público del arte apreciar irónicamente una cultura a través del arte que estaban socialmente entrenados para menospreciar en otras circunstancias. Las teorías de la estética universal pueden tener mérito en sus intentos de definir la creatividad humana. Aún así, históricamente se han utilizado para subyugar aún más y asimilar a los individuos y culturas colonizados. El primitivismo es una producción de la creencia de la sociedad occidental en su propia superioridad y en la comprensión de la estética universal de que todo el arte puede entenderse a través de la misma lente.
 

APROMA- TAPOA Association de Masques Gourmanche, Burkina Faso. https://ataec.com/user/139

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La sociedad occidental es actualmente el resultado del colonialismo y el etnocentrismo occidental. Es imposible borrar o arreglar por completo los impactos que esos dos conceptos han tenido en la sociedad. Nuestra sociedad no está en un punto en el que la cultura occidental esté siendo suficientemente cuestionada en la corriente principal. Esto significa que la cultura occidental es percibida subconscientemente como predeterminada e inherentemente moralmente superior por la mayoría de las personas. De hecho, el uso de «no occidental» para categorizar todas las demás culturas a lo largo de este artículo es problemático en sí mismo. Es simplemente un ejemplo de la complejidad de superar las influencias coloniales; hasta que nuestra sociedad no deconstruya sus cimientos de opresión y prejuicios sistémicos, será imposible encontrar una solución absoluta a los problemas creados por la aplicación de la estética universal por parte del colonialismo. Si bien es posible que no se pueda lograr una solución absoluta, desde Ataec, Red Glocal Asociativa e Independiente de Artistas, Culturas & Acción Comunitaria/Climática, buscamos tener en cuenta estas realidades todos los días, lo que nos permite hacer ciertos cambios para apoyar mejor los diversos paisajes eco-culturales. Estos cambios incluyen un fuerte enfoque en la incorporación de culturas, proyectos y obras diversas contemporáneas, la creación y soporte a espacios de difusión de narrativas periféricas o que rechazan las normas culturales y la inclusión del arte híbrido, entre otrxs.

Cuando se aborda el arte no occidental, especialmente de culturas que han sido colonizadas por Occidente, hay una tendencia a presentar su cultura como si perteneciera al pasado. Muchas culturas indígenas parecen existir casi fuera del tiempo porque las culturas occidentales discuten sus prácticas culturales y pueblos como si fueran una cosa del pasado a pesar de la existencia continua de los pueblos indígenas y sus culturas en el mundo de hoy (Robertson & Printup, 2021). El arte, en particular, puede representarse como atemporal y ahistórico, como si no estuviera enraizado en un contexto histórico y político específico que, en última instancia, beneficia a la sociedad occidental (B. Leistle, comunicación personal, 13 de octubre de 2022). Al incorporar obras de arte contemporáneas en exhibiciones de arte no occidental, es posible reconocer la cultura tal como existe hoy (Robertson & Printup, 2021). Muchos artistas y obras de arte reflejan el cambio cultural que se ha producido desde el colonialismo al integrar nuevos estilos en tradiciones artísticas más antiguas creadas por su gente. En Ataec, creemos firmemente en la reapropiación y preservación cultural, y buscamos apoyar artistas contemporánexs en un proceso de recuperación de las representaciones coloniales de su cultura traducido a poderosos mensajes artísticos. Creemos que es fundamental reconocer cómo el arte no occidental ha cambiado con el tiempo, sigue existiendo y exhibir obras de arte contemporáneas que, en última instancia, dan a lxs artistas autonomía sobre su voz y su cultura.

Puede ser fácil hablar de occidental y no occidental como si hubiera una línea clara definitiva entre las dos categorías. En realidad, vivimos en un mundo globalizado, que ha facilitado indefinidamente la conexión entre culturas, idiomas y distancias. El colonialismo no logró crear una segregación absoluta entre diferentes tipos de personas; en cambio, produjo una sociedad llena de individuos que se identifican con múltiples culturas. Las obras de arte híbridas hablan del impacto histórico y moderno del contacto cultural y las realidades del intercambio cultural (B. Leistle, comunicación personal, 13 de octubre de 2022). Las culturas occidentales se han apropiado con frecuencia de tradiciones culturales no occidentales sin reconocer la belleza o el significado detrás de ellas ni dar crédito a lxs artistas (Clifford, 1988, 190). El arte híbrido permite a artistas no occidentales recuperar la autonomía sobre la integración de su cultura (Robertson & Printup, 2021). Al exhibir arte híbrido, es importante encontrar un equilibrio entre reconocer el intercambio cultural y tener cuidado de no implicar que el arte indígena debe reflejar las formas y los valores del arte occidental para ser exhibible. El desequilibrio de poder que existe entre la cultura occidental y la no occidental se usa con frecuencia para impulsar las narrativas occidentales sobre el arte indígena, como una forma de borrado cultural. El arte híbrido debe exhibirse como una forma de resistencia contra las narrativas occidentales de apropiación cultural. Es importante ser cauteloso al mostrar formas de arte híbridas para evitar exhibirlas sobre el arte indígena tradicional debido a su similitud con el arte occidental. Más bien, debe exhibirse igualmente como una forma de reconocer que las culturas indígenas no solo existen en el pasado, destinadas a ser exhibidas en los museos. El arte híbrido es una forma de mostrar que las culturas indígenas evolucionan y practican continuamente, y no fueron erradicadas como pretendía el colonialismo.

Como red glocal, nos esforzamos por colaborar con artistas indígenas contemporáneos y arte híbrido, y dar importancia a la creación de espacios desde y para las voces oprimidas. Lxs artistas que forman parte de comunidades minoritarias racializadas enfrentan barreras adicionales cuando se enfrentan a siglos de opresión que subyace en nuestras sociedades. El arte escénico siempre ha sido un lugar para discutir temas delicados y empujar los límites del statu quo. Como asociación, uno de nuestros pilares, la preservación cultural, busca apoyar a artistas no occidentales en un viaje por la recuperación de sus culturas.

La relación entre el arte occidental y el no occidental es una dinámica de poder desequilibrada creada a través de la apropiación y la asunción de estándares occidentales universales. Estas suposiciones impactan los cimientos mismos de lo que percibimos como arte. Prácticas culturales que tienen también otras funciones, como la religión o la caza, no son percibidas como arte por la mayoría. Pocas personas considerarían que las redes de caza o los rituales de baile son arte y, sin embargo, tampoco pueden definirse suficientemente por su papel en la caza o la religión. Son arte y no son arte al mismo tiempo y la cultura occidental exige que todas las cosas estén categorizadas de manera eficiente. Hay una necesidad de categorizar las cosas para poder entenderlas. Cuando las tradiciones de otras culturas no encajan en las categorías occidentales porque no pueden ser capturadas por completo por ellas, el colonialismo históricamente ha disminuido el verdadero potencial de otros paisajes culturales, a través de la apropiación cultural. La relación entre estas diferentes manifestaciones de la cultura no puede fijarse fácilmente después de siglos de colonialismo. Sin embargo, se pueden tomar medidas simples al exhibir arte no occidental para garantizar que los artistas tengan autonomía y que las culturas y sus historias se muestren adecuadamente. Forzar el arte no occidental a los estándares y características del arte occidental abre la posibilidad de apropiación y tergiversación del arte no occidental. Es fundamental reconocer el papel del colonialismo en la relación entre el arte occidental y el no occidental. Es una dinámica de poder que permitió a culturas occidentales apropiarse del arte que crearon las culturas indígenas y, al mismo tiempo, avergonzar a los pueblos indígenas por sus culturas. La capacidad de arreglar por completo la relación desigual entre el arte occidental y el no occidental no es una realidad, sin embargo, la muestra de obras de arte contemporáneas no occidentales y arte híbrido abre caminos hacia un objetivo final de equidad en el mundo del arte. La relación entre el arte occidental y no occidental resulta de la violencia, el sometimiento, el genocidio y la apropiación; los cambios positivos en el futuro tomarán tiempo para tener impactos significativos.
 

Victoria Platzer. Lic. en Estudios Globales e Internacionales con honores y especialización en Globalización, Cultura y Poder, Mención en Estudios de Comunicación y Medios | Consideraciones éticas de la Globalización, Análisis de Raza y Etnicidad, Interdependencia del Arte, Cultura e Identidad, Comunicación Científica. Universidad de Carleton Ottawa, ON
 

Notas finales

1.  Usamos el término “pueblos indígenas” para referirnos a los muchos pueblos, culturas e historias dentro de las diversas y divergentes naciones del mundo. Reconocemos que este término no reconoce la individualidad de distintas comunidades y usa el plural “pueblos” como un intento de reflejar esa diversidad mientras se refiere a las cualidades que los unen.

2.  Usamos el término “sociedad occidental” para referirnos a la cultura dominante en Europa, las Américas y el sistema internacional. Reconocemos que este término se refiere a una región geográfica que incluye pueblos indígenas de Europa que fueron algunos de los primeros pueblos colonizados por la cultura dominante a la que intentamos referirnos. Este término no tiene en cuenta sus experiencias y deseamos reconocer las deficiencias de este término en referencia a sus experiencias marginadas.
 

Bibliografía

Clifford, J. (1988). Histories of the Tribal and the Modern. In The predicament of culture twentieth-century ethnography, literature, and art XX (pp.189-214). Universidad Harvard, prensa

Robertson, C,. & Printup, D. (2021). Contemporary Indigenous Art in the Gallery (Ser. Indigenous Learning Bundles). Universidad de Carleton

 

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Art, as it is generally referenced by society, brings to mind paintings, statues, and performances rooted in Western society. Renaissance painting and Hollywood films are often at the forefront of art for many human groups. Yet, every culture around the world creates art, and what form it takes can be drastically different from culture to culture. There seems to be something about art, something aesthetic that allows us to recognize art as art regardless of its origins. This concept of universal aesthetics plays an important role in understanding the relationship between western and non-western art because it perpetuates colonial narratives that erase indigenous peoples’(1) ingenuity. 

Universal aesthetics has justified theories such as primitivism, wherein major western artists appropriated indigenous art concepts with great success. Simultaneously, indigenous peoples were being shamed and banned from practicing their own art. Many artists such as Picasso and Matisse were known to display African tribal art in their studios. Their art evidently reflects the inspiration they drew from the unique tribal styles (Clifford, 1988, 190). This cycle of appropriation has allowed Western society2 to define others’ cultural practices through their own cultural lenses. Colonial realities of invasion and belief in western superiority allowed artists and art audiences to ironically appreciate a culture through art that they were societally trained to look down upon in other circumstances. Universal aesthetics theories may hold merit in their attempts to define human creativity. Still, historically they have been used to subjugate further and assimilate colonized individuals and cultures. Primitivism is a production of western society’s belief in their own superiority and in universal aesthetics’ understanding that all art can be understood through the same lens.

Western society is currently the result of colonialism and western ethnocentrism. It is impossible to erase or fix entirely the impacts those two concepts have had on society. Our society is not at a point where western culture is being sufficiently challenged in the mainstream. This means that western culture is subconsciously perceived as the default, and inherently morally superior by most people. In fact, the use of “non-western” to categorize all other cultures throughout this article is problematic in and of itself. It is simply one example of the complexity of overcoming colonial influences. Until our society deconstructs its foundations of systemic bias and oppression, it will be impossible to find an absolute solution to the issues created through colonialism’s application of universal aesthetics. While an absolute solution may not be achievable, from Ataec, Glocal Associative Network of Artists & Community/ Climate Actions; we seek to keep these realities in mind every day, allowing us to make certain changes to better support eco-cultural landscapes. These changes include a strong focus on the incorporation of diverse contemporary cultures, projects, and artworks; the creation, and support of spaces for the dissemination of peripheral narratives or those that reject cultural norms, and the inclusion of hybrid art, among others.

When addressing non-western art, especially from cultures that have been colonized by the west, there is a tendency to present their culture as though it belongs to the past. Many indigenous cultures seem to almost exist outside of time because western cultures discuss their cultural practices and peoples as though they are a thing of the past despite indigenous peoples and their cultures’ continued existence in today’s world (Robertson & Printup, 2021). Art, in particular, can be represented as a-temporal and non-historical as though it is not rooted in a specific historical and political context that ultimately benefits western society (B. Leistle, personal communication, October 13, 2022). By incorporating contemporary artworks in exhibitions of non-western art, it is possible to acknowledge the culture as it exists today (Robertson & Printup, 2021). Many artists and artworks reflect the cultural change that has occurred since colonialism by integrating new styles into older art traditions created by their people. In Ataec, we strongly believe in cultural reappropriation and preservation, striving to support contemporary artists that reclaim colonial depictions of their culture into powerful artistic messages. We believe it is essential to acknowledge how non-western art has changed over time, continues to exist, and showcase contemporary artworks that ultimately give artists autonomy over their voice and culture. 

It can be easy to discuss western and non-western as though there is a definitive hard line between the two categories. In reality, we live in a globalized world, one which has made connecting across cultures, languages and distances indefinitely easier. Colonialism did not succeed in creating absolute segregation between different types of people; instead, it produced a society full of individuals who identify with multiple cultures. Hybrid artworks speak to the historical and modern impact of culture contact and the realities of culture sharing (B. Leistle, personal communication, October 13, 2022). Western cultures have frequently appropriated non-western cultural traditions without recognizing the beauty or meaning behind them not crediting the artists (Clifford, 1988, 190). Hybrid art allows non-western artists to reclaim autonomy over the integration of their culture (Robertson & Printup, 2021). While exhibiting hybrid art, it is important to find a balance between recognizing culture sharing and being careful to not imply that indigenous art must reflect western art forms and values in order to be exhibitable. The power imbalance that exists between western and non-western culture is frequently used to push western narratives on indigenous art, as a form of cultural erasure. Hybrid art should be exhibited as a form of resistance against western narratives of cultural appropriation. It is important to be cautious when displaying hybrid art forms to avoid exhibiting it over traditional indigenous art because of its likeness to western art. Rather it should be exhibited equally as a way of recognizing that indigenous cultures do not solely exist in the past, meant to be displayed in museums. Hybrid art is one way of showcasing that indigenous cultures are continuously evolving and practicing and were not eradicated as colonialism intended.

As a glocal network, we strive to collaborate with contemporary indigenous artists and hybrid art. Artists who are part of racialized minority communities face additional barriers when pushing back against centuries of oppression that underlies our societies. Performance art has always been a place to discuss sensitive topics and to push the boundaries of the status quo. As an association, one of our pillars, cultural preservation, seeks to support non-western artists on a journey to recover their cultures.

The relationship between western and non-western art is an unbalanced power dynamic created through appropriation and the assumption of universal western standards. These assumptions impact the very foundations of what we perceive to be art. Cultural practices that have other functions too, such as religion or hunting, are not perceived as art by the majority. Few people would consider hunting nets, or dancing rituals to be art, and yet, they cannot be sufficiently defined by their role in hunting or religion either. They are art and are not art at the same time and western culture demands that all things be efficiently categorized. There is a need to categorize things in order to be able to understand them. When other culture’s traditions do not fit into western categories because they cannot be fully captured by them, colonialism has historically diminished the true potential of other cultural landscapes, through cultural appropriation. The relationship between these different manifestations of culture cannot be easily fixed after centuries of colonialism. Yet, simple acts can be taken when exhibiting non-western art to ensure that artists are given autonomy and that cultures and their histories are appropriately displayed. Forcing non-western art into the standards and characteristics of western art opens the possibility for appropriation and misrepresentation of non-western art. It is essential to recognize the role of colonialism in the relationship between western and non-western art. It is a power dynamic that allowed western cultures to appropriate the art that indigenous cultures created while simultaneously shaming indigenous peoples for their cultures. The relationship between Western and non-Western art results from violence, subjugation, genocide and appropriation; positive changes in the future will take time to have significant impacts. The capacity to completely fix the unequal relationship between western and non-western art is not a reality, however, the exhibition of contemporary non-western artworks and hybrid art opens paths towards an ultimate goal of equity in the art world. The relationship between western and non-western art results from violence, subjugation, genocide, and appropriation; positive changes going forward will take time to make significant impacts.
 

Victoria Platzer. BA Global and International Studies Honours with a specialization in Globalization, Culture, and Power, Minor in Communications and Media Studies | Ethical considerations of Globalization, Race & Ethnicity Analysis, Interdependence of Art, Culture & Identity, Science Communication. Carleton University Ottawa, ON
 

Endnotes

1.  We use the term “Indigenous peoples” to refer to the many peoples, cultures and histories within the diverse and divergent nations across the world. We recognize that this term fails to acknowledge the individuality of distinct communities and use the plural “peoples” as an attempt to reflect that diversity while referring to the qualities that link them together.

2.  We use the term “Western society” to refer to the dominant culture in Europe, the Americas and the international system. We recognize that this term refers to a geographical region that includes peoples indigenous to Europe who were some of the first peoples colonized by the dominant culture we are attempting to refer to. This term does not take their experiences into consideration and we wish to acknowledge the shortcomings of this term in reference to their marginalized experiences. 
 

References

Clifford, J. (1988). Histories of the Tribal and the Modern. In The predicament of culture

twentieth-century ethnography, literature, and art (pp.189-214). Harvard University Press

Robertson, C,. & Printup, D. (2021). Contemporary Indigenous Art in the Gallery (Ser. Indigenous Learning Bundles). Carleton University
 
 


 

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En général quand la société utilise le mot ‘art” ça évoque des tableaux, statues et séances ancré dans la société occidentale. Les tableaux de la Renaissance et les films d’Hollywood sont souvent avant-garde de l’art pour la plupart des peuples. Cependant, toutes les cultures autour du monde créent de l’art et quelle forme ça prends peut-être radicalement différent d’une culture à l’autre. Il semble que l’art y aie quelque chose du déterminisme esthétique qui nous permet de reconnaître l’art comme l’art indépendamment de ses origines. Ce concept du déterminisme esthétique est important pour comprendre le lien entre l’art occidental et non-occidental, car sa perpétue les discours coloniaux qui effacent l’ingéniosité des autochtones1. 

Le déterminisme esthétique a été utilisé comme justification pour des théories telles que le primitivisme, dans laquelle la majorité des artistes occidentales s’approprièrent les conceptions autochtones, avec du succès génial. En même temps, les autochtones étaient honteux et interdits de pratiquer leurs propres art. Nombreux artistes, tels que Picasso et Matisse étaient connus pour afficher d’oeuvres tribales africaines dans leurs ateliers. Leurs arts réfléchissent évidemment les styles tribaux uniques (Clifford, 1988, 190). Ce cycle d’appropriation a permis la société occidentale2 à définir les coutumes culturelles des autres à travers ses propres angles culturels. Les réalités coloniales de l’invasion et la croyance dans la supériorité occidentale, ont permis les artistes et les consommateurs d’art d’apprécier ironiquement une culture à travers art qu’on regarde de haut dans autres circonstances. Le déterminisme esthétique on du mérite dans leurs essais à définir la créativité humaine. Toujours, historiquement le déterminisme esthétique a été utilisé pour avancer l’assujettissement et assimiler plus les individus et cultures colonisées. Le primitivisme est une production de la croyance de la société occidentale en leurs propres supériorité et dans la compréhension du déterminisme esthétique que tout l’art peut être compris par le même angle culturel. 

La société occidentale est actuellement le résultat du colonialisme et de l’ethnocentrisme occidental. C’est impossible d’effacer ou de réparer entièrement les répercussions que ces deux concepts ont eu sur la société. Notre société n’est pas à un point où la culture occidentale est suffisamment contesté. Cela signifie que la culture occidentale est inconsciemment perçue comme la culture par défaut et fondamentalement supérieure moralement par la plupart des peuples. En fait, l’utilisation du terme “non-occidental” pour catégoriser toutes les autres cultures dans cet article est problématique en elle-même. C’est seulement un exemple de la complexité de surmonter des influences coloniales. Tant que notre société déconstruirait ces fondations de préjuges et d’oppression systémiques, il sera impossible de trouver une solution absolue aux problèmes créé par l’application coloniale du déterminisme esthétique. Bien qu’une solution absolue ne soit pas faisable, Ataec, Réseau Glocal Associatif d’Artistes & Actions Communautaires/Climatiques ; vise à garder ces réalités à l’esprit tous les jours, ce qui nous permet de mieux soutenir les paysages éco-culturels. Ces changements consistent notamment sur l’intégration des cultures, projets et d’oeuvres contemporaines et divers, la création et le soutien des espaces pour la diffusion des récits périphériques ou les discours qui repoussent contre les normes culturelles et l’intégration d’art hybride, parmi d’autres.

Lorsqu’on réponds à l’art non-occidental, en particulier celui des cultures qui ont été colonisées par l’Occident, on a une tendance à présenter leurs cultures comme si elles font encore partie de l’histoire. Nombreuses cultures autochtones semblent presque exister hors du temps, car la société occidentale discute de leurs pratiques culturelles et leurs peuples comme s’ils existent toujours au passé, malgré l’existence perpétuelle de leurs cultures (Robertson&Printup, 2021). Art, en particulier, peut-être représenté comme atemporel et sans histoire, comme s’il n’était pas ancré dans un contexte historique et politique spécifique qui profite finalement la société occidentale (B. Leistle, communication personnelle, October 13, 2021). En incorporant des oeuvres d’art contemporain dans les expositions d’art non-occidental, c’est possible d’admettre la culture telle qu’existe aujourd’hui. Nombreux artistes et oeuvres d’art reflètent le changement culturel qui s’est produit depuis le colonialisme en intégrant de nouvelles façons aux traditions artistiques de leurs peuples. À Ataec, on croit avec vigueur à la ré-appropriation et à la préservation culturelle, s’efforcer de faire soutenir les artistes contemporains qui récupèrent les représentations coloniales de leur culture pour en faire des messages artistiques puissants. Nous croyons qu’il est essentiel de reconnaître la façon dont l’art non-occidental a changé au fil du temps, continue d’exister et de présenter des oeuvres d’art contemporaines qui donnent aux artistes l’autonomie sur leurs voix et leurs cultures aux artistes.

C’est facile de discuter de l’art occident et non-occident comme s’il existait une démarcation définitive entre ces deux catégories, En réalité, nous vivions dans un monde globalisé, un monde qu’on facilité les liens entre les cultures, langues et distances. Le colonialisme n’a pas réussi à créer la ségrégation absolue entre les différents genres de personnes ; au contraire, il a produit une société pleine d’individus qui s’identifient ; à plusieurs cultures. Les oeuvres hybrides témoignent de l’impact historique et moderne des liens culturels (B. Leistle, communication personnelle, October, 13, 2022). Les cultures occidentales sont souvent appropriées les traditions culturelles non-occidentales sans considérer la beauté ou la signification et sans créditer les artistes autochtones (Clifford, 1988, 190). L’art hybride permet aux artistes non-occidentales de récupérer leur autonomie par rapport à l’intégration de leur culture (Robertson&Printup, 2021). Lorsqu’on expose l’art hybride, c’est important de trouver un équilibre entre la partage culturelle et soit prudent de ne pas insinuer que l’art autochtones doit réfléchir les formes et valeurs de l’art occidental pour pouvoir être exposé. Le déséquilibre de puissance qui existe entre la culture occidentale et non-occidentale est souvent utilisé pour imposer les discours occidentaux sur l’art des cultures autochtones, comme une forme d’effacement culturel. L’art hybride devrait être exposé comme un type de résistance contre les discours d’appropriation.Il est important d’être prudent lors qu’on expose l’art hybride d’éviter de les exposer avant l’art autochtones traditionnel, car l’art hybride ressemble plus l’art occidental. Plutôt il faut les exposer de manière égale, afin de-reconnaître que les cultures autochtones n’existent pas seulement au passé, destinées à être exposées dans les musées. L’art hybride est une façon de montrer que les cultures autochtones évoluent et en continue et n’ont pas été éradiquées comme le voulait le colonialisme.

Comme un réseau glocal, nous nous efforçons de collaborer avec des artistes autochtones contemporains et de l’art hybride. Les artistes qui ont des identités marginaliser rencontre des barrières supplémentaires lorsqu’ils repoussent contre des siècles d’oppression qui sous-tendent notre société. Performance a été toujours un lieu pour discuter des sujets sensibles et pour repousser les limites du statu quo. Comme association, l’un de nos piliers, la préservation culturelle, vise à soutenir les artistes non-occidentaux en quête de ré-approprier leurs cultures.

Le lien entre l’art occidental et l’art non-occidentale est déterminé par la dynamique déséquilibrée de puissance, créer de l’appropriation et la supposition que les normes occidentales sont universelles. Ces suppositions ont un impact sur les fondations mêmes de ce qui nous aide à percevoir l’art. Les pratiques culturelles qui ont également d’autres fonctions, comme la religion ou la chasse, ne sont pas perçues comme de l’art par la majorité. Peu de gens considéreraient les filets de chasses ou les rites de danse comme de l’art. En tout cas ils ne peuvent pas non plus être suffisamment définis par leur rôle dans la chasse ou la religion. Ils sont de l’art et ne sont pas de l’art en même temps, la culture occidentale exige que toutes les choses soient efficacement catégorisées. Il est nécessaire de catégoriser les choses pour les comprendre. Lorsque les traditions d’une autre culture n’entrent pas dans les catégories occidentales parce qu’elles ne peuvent pas être entièrement contenu par celles-ci, le colonialisme a traditionnellement diminué la réalité des autres paysages culturels, par le processus d’appropriation culturelle. Le lien entre les différentes manifestations de cultures ne peuvent pas être facilement corrigée après des siècles de colonialisme. Néanmoins, des mesures simples peuvent être prises lors de l’exposition d’œuvres d’art non-occidentales afin de garantir l’autonomie des artistes et la présentation appropriée des cultures et de leur histoire. Le fait de forcer l’art non-occidentale dans la cadre des normes et les caractéristiques de l’art occidental ouvre la capacité pour l’appropriation et à la désinformation de l’art non-occidental. C’est essentiel de reconnaître le rôle du colonialisme dans la relation entre l’art occidental et non-occidental. Il s’agit d’une dynamique de puissance qui a permis aux cultures occidentaux de s’approprier l’art créé par les cultures autochtones tout en faisant honte aux peuples autochtones pour leurs cultures. Le lien entre l’art occidentale et non-occidentale est la resultat de violence, subjugation, genocide et l’appropriation; les changes en direction positive au futur predrait du temps pour reussir a l’impac signifique. Le lien entre l’art occidental et l’art non-occidental est le résultat de la violence, assujettissement, génocide et de l’appropriation ; les changements positifs à venir prendront du temps pour avoir un impact significatif. La capacité de réparer complètement le lien inégal entre l’art occidental et non-occidental n’est pas une réalité. Cependant, l’exhibition des œuvres d’art contemporain, non-occidentales et des œuvres hybrides vers le but de progresser vers un objectif ultime d’équité dans le monde de l’art. 
 

Victoria Platzer. B.A. spécialisé en études mondiales et internationales avec une spécialisation en mondialisation, culture et pouvoir, mineure en communications et études médiatiques | Considérations éthiques de la mondialisation, analyse de la race et de l’ethnicité, interdépendance de l’art, de la culture et de l’identité, communication scientifique. Université Carleton Ottawa, ON
 

Notes Finales

1.  On utilise le terme “autochtones” pour faire référence à nombreux peuples, cultures et histoires en accord avec les nations diverses et divergent autour du monde. Nous reconnaissons que ce terme n’admet pas l’individualité des communautés distinct. On utilise la version plurielle comme un essai de refléter cette diversité tandis que reconnaître les qualités qui les lient ensemble.

2.  On utilise le terme “société occidentale” pour faire référence à la culture dominante en Europe, les Amériques et dans le système international. Nous reconnaissions que ce terme se réfère à une région géographique qui inclut les peuples indigènes d’Europe qui ont été parmi les premiers peuples colonisés par la culture dominante à laquelle nous faisons référence. Ce terme ne reconnaît pas leurs expériences et on désire de l’admettre les défauts de ce terme en référence à leurs expériences marginalisées.
 

Reférences

Clifford, J. (1988). Histories of the Tribal and the Modern. In The predicament of culture

twentieth-century ethnography, literature, and art (pp.189-214). Harvard University Press

Robertson, C,. & Printup, D. (2021). Contemporary Indigenous Art in the Gallery (Ser. Indigenous Learning Bundles). Université Carleton

   


 


 

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