Tendencias culturales que ya están aquí (2017)

Dicen que más vale un poco más tarde que nunca, y aunque el año ya ha empezado, me gustaría intentar una vez más dar con aquellas propuestas, tendencias o corrientes culturales más relevantes que podrían marcar nuestra línea de trabajo en los próximos meses, modelos que nos pueden ayudar a definir nuestros proyectos y darles ese valor añadido que toda novedad tecnològica, social, estética o de la naturaleza que sea, comporta en nuestras prácticas culturales. Adelante pues y empecemos.

SOBRE HÁBITOS SOCIALES Y CULTURALES

Es evidente que vivimos en pleno auge del e-commerce, un crecimiento que se estima superior al 20% anual y que ha modificado tanto nuestros hábitos de compra, como ha generado cambios sustanciales en las maneras de trabajar de muchos negocios. E inevitablemente también en nuestro sector, en productos y servicios de consumo cultural, y es que la cultura online ha aterrizado para quedarse, la cultura de los contenidos a la carta:

El servicio de contenidos está generando una revolución tecnológica (y conceptual) espectacular, ya sea desde la auto-creación en los distintos canales disponibles como Youtube (las webseries, youtubbers…), desde las plataformas de consumo musical o cinematogràfico como Spotify (con más de 50 millones de usuarios) o Filmin, hasta los gigantes de la distribución media video on demand como Netflix, Amazon Prime o HBO, plataformas que acaparan hasta un 20% de público joven, los cuales disfrutan de series y propuestas sin publicidad. Grandes grupos que desde no hace mucho, además de distribuir contenidos, también se han convertido en productores de sus propios contenidos (ex. la serie Strange Things, de Netflix o Mozart in the Jungle, de Amazon Studios), una manera de funcionar que les permite una mayor libertad, exclusividad y en definitiva, mejores oportunidades de mercado.

Y estudios recientes confirman, pese a la adversidad de ver cines vacíos o bibliotecas, que los usuarios (sobretodo el público joven) continúan consumiendo cultura, pero de otra manera, y no sólo de forma individual, sino también colectiva, aunque sea online, como ocurre con los videojuegos.

 Y como muchos sabemos, el mundo de la tecnología, el estar gran parte del día con nuestro otro mundo virtual, también agota (las paradojas del ser humano), así que las oportunidades de negocio y nuevas modas crecen dispuestas a recuperar nuestro 1.0 más auténtico, apagando dispositivos y reencontrándonos con personas de carne y hueso… 
 

SOBRE PRÁCTICAS CULTURALES

– La participación y la gestión ciudadana.

Ya lo comentábamos el año pasado, la gestión ciudadana y los procesos participativos (y los contributivos) están entre lo más innovador de las políticas públicas, recuperar la voz del ciudadano y dotarlo de oportunidades para que ejerza ese derecho en la Cultura, a pesar de las muchas versiones de mayor o menor independencia en la gestión, y a pesar de actuar a menudo más por reacción que por acción, más por demanda que por estrategia. Estas nuevas maneras ya conviven con otro tipo de modelos que existen en nuestro territorio, que siendo ciudadanos también, son gestión de tipo comunitaria. 

Algunos ejemplos: 1. El Ayuntamiento de Tarragona propició un proceso participativo para decidir sobre la gestión de su patrimonio romano  2. La Harinera ZGZ de Zaragoza, es un espacio del Ayuntamiento que funciona por gestión compartida junto con la ciudadanía como lugar de trasformación del espacio urbano a través de la creatividad.

– La educación y la Cultura, un binomio poderoso.
Existen otras maneras de enseñar, y la cultura es un instrumento fabuloso. La educación artística como parte integrada de la educación reglada, desde la escuela a la Universidad, empieza a tomar forma. Con ello se espera que los ciudadanos integren en sus necesidades vitales hábitos culturales, pensamiento crítico y en definitiva más herramientas para poder vivir en sociedades más justas.


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