Destacats

Deconstrucción y políticas públicas de cultura

José Ramón Insa AlbaPeriférica. Revista para el análisis de la cultura y el territorio, núm. 13 (2012)

La obsolescencia de las actuales políticas públicas de gestión cultural es el eje en torno al cual el autor analiza los presentes modelos culturales, desgranando su visión crítica sobre las líneas desarrolladas con la financiación de las administraciones y planteando una necesaria renovación de las mismas. Aquí tenéis un extracto

«Desinstitucionalizar la cultura supone abrirla a la sociedad mediante procesos colaborativos, bajo la lógica de la demanda más allá de la oferta, bajo la lógica del diseño abierto, bajo la lógica de la estructura rizomática. Conocimiento. código y diseño.

Quizá la responsabilidad de las instituciones recaiga más en la co-gestión del conocimiento, del intelecto y minimizar los procesos de 'fabricación' a los que estábamos acostumbrados. Crear valor para la cultura de un modo distinto, abierto, colaborativo, bien alejado de la realidad subjetiva de las administraciones. La cultura solo puede generar capacidad colectiva si es social

Cultura, políticas públicas y bienes comunes: hacia unas políticas de lo cultural

Nicolás Barbieri | kult-ur  Vol. 1, núm. 1 (2014) 

RESUMEN: Las políticas culturales se han institucionalizado sobre la idea de la cultura como sustantivo, como objeto, incluso como esencia de un grupo o colectivo. Si bien el modelo de democratización de la cultura continúa como núcleo de las políticas culturales, se vuelve evidente la caducidad de buena parte de los principios de una política centrada en el acceso a la oferta cultural. Los problemas a los que las políticas públicas se enfrentan resultan cada vez más complejos, inciertos y con más riesgos incorporados. Suponen un nuevo reto para la legitimidad de las instituciones culturales en su rol de intermediación tradicional. En este contexto, los bienes comunes (commons) emergen no sólo como concepto analítico sino como herramientas de acción política, social y legal. Los bienes comunes no son simplemente objetos o espacios, sino complejos sistemas de gestión de recursos con comunidades y normas que permiten su sostenibilidad. Este artículo plantea como hipótesis la posibilidad de que las políticas culturales reconozcan la cultura no sólo como sustantivo sino también como adjetivo (lo cultural). ¿Qué implica concebir las políticas culturales como políticas de los bienes comunes? ¿Cuáles son las diferencias principales en lo que se refiere al modelo de políticas de acceso a la cultura? ¿Puede un cambio de modelo derivar en la desresponsabilización de las políticas públicas en el ámbito de la cultura?

La Cultura Localizada como respuesta social a la Red: El caso de la Fábrica de la Tabacalera en Madrid

Margarita Rodríguez Ibáñez | e-rph. Revista Electrónica de Patrimonio Histórico. nº 14, junio 2014

Resumen: En las últimas décadas la Red ha provocado profundos cambios en la manera en que se entiende la información, la comunicación y, por extensión, la política, la economía, la sociedad y el concepto amplio de cultura. Estos cambios vienen claramente definidos porque se ha modificado la forma de actuar a través de las TIC, la cual es interactiva, colaborativa, participativa y sin jerarquía. Hasta no hace mucho, estos comportamientos estaban asociados únicamente al mundo virtual, pero actualmente existen colectivos que se agrupan en localizaciones determinadas para gestionarlas de una manera similiar a la que hemos aprehendido de la Red. Estas experiencias ejemplifican el concepto de cultura localizada, analizada en este artículo a través del ejemplo del Centro Social Autogestionado LTBC (La Fábrica de Tabacalera) en Madrid.

Apología de los centros culturales de proximidad

David Ruiz | Economía y Cultura

Considerar aquellos espacios culturales en los que los caracteres de usuario, ‘consumidor’ y creador confluyen, atienden a los mismos intereses o coinciden en las mismas personas, es dirigir la vista a los centros culturales de proximidad (en adelante, CCP). La proximidad espacial y temporal por un lado, y la proximidad de intereses por otro conforman una de las propiedades esenciales de este tipo de centros. En este sentido, el ámbito conceptual al que nos referimos cuando hablamos de equipamientos o centros culturales de “proximidad” tiene una triple referencia que nos acerca a estas características:

Algunas notas (dispersas, incompletas y a veces obsesivas) para pensar los centros más allá de la cultura oficial

@culturpunk | José Ramón Insa Alba | ya no tengo prisa

[#1]      La visión antropológica y sociológica de la cultura me impide reducir el concepto de centros culturales a la noción acostumbrada de distribución/promoción de sus productos, sobre todo los relacionados con el arte y sus diferentes expresiones. De ahí parto.

[#2]      Concebir los centros como mapas del estado emocional de la ciudad.

[#3]      La anulación y el abandono de la lógica comercial. La anulación del fetichismo del consumo cultural urbano » ¿Industrias Culturales? ¿Capitalidades Culturales? » el declive de los grandes proyectos » el declive de los grandes blablaismos

[#4]      La expansión de los mercados al mundo de la cultura. La conquista del pensamiento político por parte de los dogmas economicistas.

Infants i cultura

Us presentem dues obres que aborden el tema dels infants i la cultura des de dos punts de vista diferents. La primera reflexiona sobre els drets culturals dels infants i destaca la necessitat vital d’aprofundir en la investigació sobre aquests drets per poder avançar en el desenvolupament de veritables cultures democràtiques. La segona proposa una revisió dels conceptes teòrics que han regit durant les últimes dècades l’estudi dels fenòmens culturals que afecten a la infància.

La cultura transgènica

Helena Ojeda |  Nativa 

Al Fòrum Indigestió del passat 13D es proposava un debat sobre dues visions de la cultura: la gestió comunitària i les indústries culturals. El diàleg es provava entre la reivindicació del retorn a la comunitat del que aquesta produeix -expropiat pel mercat-, i el mercat, personificat en aquest cas en un representant de l’Administració pública. Tela.

Una administració seduïda per la idea de les indústries culturals que, provant de complaure amb paraules molt ben dites les raons de l’interès comunitari, en un moment donat del debat, en un fals consens, va arribar a convenir en què les indústries culturals ni existeixen al nostre país, ni en calen. Vaja, un no-debat. Potser dos monòlegs antagònics, un dels quals provava de saltar a la pista de l’altre per fer veure, o creure’s, que jugaven junts contra ningú. 

Indicadors per mesurar els beneficis socials de la cultura

Aquest número d’Arts Research Monitor analitza diversos informes nacionals i internacionals recents que proporcionen indicadors de benestar social i cultural. Els dos primers informes examinen els índexs que mesuren la vitalitat de les arts i la cultura als Estats Units i a Austràlia des d’un punt de vista cultural, financer, social, participatiu i de competitivitat. Els dos informes següents estudien de quina manera contemplen la cultura dos índexs internacionals de progrés i benestar social.

Gallery as community: art, education, politics

El programa'The Street' és una iniciativa de la galeria londinenca Whitechapel Gallery que funciona des del 2008. Es tracta d’un programa sobre el paper pedagògic, social i polític de les galeries d’art i la seva relació amb les comunitats on s’ubiquen. Aquesta obra, editada per la mateixa galeria i coordinada per una de les seves curadores, Marijke Steedman, recull les converses amb alguns dels participats (comissaris d’art, artistes i directors i responsables d’educació de galeries d’art del Regne Unit).