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Ecosistema o industria cultural

Santi Eraso Beloki | santieraso.wordpress.com. Arte, Cultura, Ética y Política

De las industrias culturales a la economía social de la cultura

La cultura y el arte se sustentaron durante siglos merced a los donativos de los reyes, nobles y autoridades eclesiásticas; gracias a la burguesía en los Estados modernos; y a los impuestos de tod+s en el estado del bienestar. Se considera que la educación y la cultura, en su sentido más amplio, favorecen la formación e ilustración de los ciudadan*s, contribuyendo a la cohesión social y a la calidad de la democracia. Así pues, los recursos destinados a su desarrollo son, previa decisión política, una manera de redistribución de las rentas, con arreglo a un sentido compartido de la justicia social. Hasta ahora, estas ideas han formado parte del ideario social del estado del bienestar.

La cultura como problema: Ni Arnold ni Florida. Reflexiones acerca del devenir de las políticas culturales tras la crisis

Jaron Rowan | Revista OC (Observatorio Cultural del Departamento de Estudios del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile). Núm 23, Agosto 2014

Investigador y agitador cultural. Ph.D. en Estudios Culturales de Goldsmiths University of London. Autor del libro Emprendizajes en Cultura (Traficantes de Sueños, 2010), y co-autor de Cultura libre digital (Icaria, 2012) y La tragedia del Copyright (Virus, 2013). Ha impartido docencia en el grado de humanidades de la UOC, el M.A. in Culture Industry de Goldsmiths University of London y en la actualidad es coordinador del Área de Arte del Bau, Centro Universitario de Diseño de Barcelona.

Vivimos un inusitado momento de transición en lo que a las políticas culturales se refiere. Actualmente se encuentran agotadas las dos principales tradiciones sobre las que se sustentaban hasta ahora dichas políticas. La primera basada en la visión ilustrada donde la cultura es percibida como un ente educador o lo “mejor que se ha dicho o escrito”, como argumentó en su momento Matthew Arnold. La otra, más reciente, describe la cultura como un elemento de desarrollo económico cuyo valor reside en su capacidad de generar beneficios económicos. En el siguiente texto analizaremos el porqué del agotamiento de ambos discursos y veremos qué espacios y posibilidades siguen existiendo para pensar en un nuevo paradigma de políticas culturales que pueda salir de este impasse. Discutiremos acerca de cómo la cultura ha pasado de ser un ente civilizador, una fuente de riqueza a ser un problema para la ciudadanía que recela de las ayudas públicas y la denominada cultura de Estado, como para la clase política que no sabe muy bien cómo pensar la cultura tras la crisis económica global.

Desculturalizar la cultura: Retos actuales de las políticas culturales

Víctor Vich | Latin American Research Review Volume 48, Special Issue, 2013 

Resumen: El presente artículo combina la reflexión académica con la propuesta política. Retoma la pregunta sobre la importancia de las políticas culturales e intenta fundamentar una nueva respuesta. Sostiene que las políticas culturales no pueden concentrarse únicamente en la pura organización de eventos. Más allá del fomento a la producción cultural, del establecimiento de mejores mecanismos para su circulación y de dirigirse a públicos diferenciados, el ensayo apuesta por una política cultural que apunte a la deconstrucción de los imaginarios hegemónicos, vale decir, al intento por intervenir en aquellos sentidos comunes que se encuentran hondamente afianzados en los habitus sociales. Si el capitalismo contemporáneo basa buena parte de su poder en la dominación simbólica, este ensayo entiende que los símbolos y la cultura en general son igualmente un lugar de respuesta.

La Agenda 21 de la cultura y el cambio cultural

Robert Palmer | Agenda 21 de la cultura 

El artículo "La Agenda 21 de la cultura y el cambio cultural" fue escrito por Robert Palmer en noviembre de 2013. Este artículo fue encargado en el marco de la revisión de la Agenda 21 de la cultura (2013-2015) y contribuye también a los trabajos de la Taskforce mundial de gobiernos locales y regionales sobre la agenda de desarrollo Post-2015 y hacia Habitat III (2016).

La cultura transgènica

Helena Ojeda |  Nativa 

Al Fòrum Indigestió del passat 13D es proposava un debat sobre dues visions de la cultura: la gestió comunitària i les indústries culturals. El diàleg es provava entre la reivindicació del retorn a la comunitat del que aquesta produeix -expropiat pel mercat-, i el mercat, personificat en aquest cas en un representant de l’Administració pública. Tela.

Una administració seduïda per la idea de les indústries culturals que, provant de complaure amb paraules molt ben dites les raons de l’interès comunitari, en un moment donat del debat, en un fals consens, va arribar a convenir en què les indústries culturals ni existeixen al nostre país, ni en calen. Vaja, un no-debat. Potser dos monòlegs antagònics, un dels quals provava de saltar a la pista de l’altre per fer veure, o creure’s, que jugaven junts contra ningú. 

Síntomas mórbidos en el cubo blanco

Yaiza Hernández Velázquez | Futuro público. Campo para el análisis y la crítica cultural

Los espacios públicos y los espacios de la cultura [1]

Confieso que se me atragantó un poco el lema de este encuentro: “Recuperemos el espacio público a través de la cultura”. No porque sea mal plan, recuperar espacios comunes siempre está bien aunque haya que recurrir a la cultura entrecomillada para ello. Se me atragantó porque armoniza demasiado bien con la retórica que muchas instituciones han movilizado durante las últimas décadas para hacer justo lo contrario. La “cultura” se sobreentiende institucionalmente no como “toda una forma de vida” en el sentido que le daba Raymond Williams, sino como algo más selecto, restringido y, por tanto, “valioso”, algo que merece su propio espacio (el suyo, el de los suyos, no el del todo el mundo, no un espacio “público” en un sentido fuerte no meramente estatal). Si vamos a reivindicar que la cultura (en este sentido tan parcial como abstracto) puede ser un, o incluso el elemento más efectivo de procuración de este espacio público, haremos bien en atender a la multitud de ocasiones en que esta reivindicación ha resultado espuria. Por no ir muy lejos, pensemos en las tres últimas décadas, en las que hemos visto aumentar exponencialmente el número de museos, auditorios, centros de arte o incluso “ciudades” de la cultura en el estado español.

Museums connecting cultural tourists: more substance over style, please

Museums should engage tourists with content rather than brand, says Sejul Malde, for the sake of themselves – and the sector

Museums with strong brands or those that inhabit iconic buildings are increasingly used as cultural motifs in the destination-marketing strategies of public tourist bodies. Recent examples include the use of the British Museum in Visit Britain's Culture is Great campaign, or the Turner Contemporary as a symbol of Margate's brand enhancement.

The latest figures from the Association of Leading Visitor Attractions (ALVA) once again underlined the importance of museums to the visitor economy. Meanwhile, the new Arts Council England and Visit England partnership, which aims to help destinations develop their cultural tourism, provides an opportunity for museums to take a strategic lead in this area. But could it also result in greater reliance on marketing-orientated approaches that might not benefit the entire museum sector?