Fernando Rueda | Blog El País. Alternativas | 29 de julio de 2015
Cada cierto tiempo nos amanecemos con noticias sobre ocupaciones y desalojos de espacios de autogestión ciudadana. La más reciente ha sido la del desalojo del local de Patio Maravillas
En España y en muchos países europeos, en los que Alemania con Berlin a la cabeza, ha sido precursora, existen cientos de iniciativas que generan nuevos modelos de gestión en lo económico y en lo social, basados en la cooperación horizontal. Las noticias de ocupación y desalojo suelen ser portada en los medios. Las informaciones sobre sus otros impactos quedan generalmente escondidos en la comunicación pública.
Muchas de estas iniciativas son vistas con desprecio y con temor por los sectores más conservadores -y no tan conservadores- de la sociedad, cargados sin duda de razón en lo que a usurpación de una propiedad privada se refiere. No tanto en los adjetivos proferidos hacia sus promotores, generalmente tachados de radicales, perroflautas, violentos o adjetivos similares.