No es "crowdfunding" todo lo que reluce

Por: Miguel Sánchez Calle | Alternativas | 28 de enero de 2013

La semana pasada el Secretario  de Estado de Cultura, José María Lassalle, reflexionaba sobre la situación del sector cultural en el periodo de la actual crisis y diagnosticaba  "un entramado cultural ineficiente, carente de estrategias de inversión, opaco en financiación y sujeto en muchas veces a subvenciones nominativas otorgadas sin control ni transparencia". Con esta reflexión realiza una crítica soterrada a toda la política cultural que se ha realizado anteriormente. Todavía se estan esperando las alternativas y la respuesta por parte del actual Gobierno para cambiar esta situación, que sí ha salido al rescate de otros sectores  que considera más estratégicos para el futuro de  la economía española. Podríamos, al menos, obtener un poco de interés del responsable  de la cartera, que reconoce abiertamente dedicarse a la cultura a partir de las 20:00.

El sector cultural sigue esperando alguna decisión que ayude a mejorar la situación actual, como la Ley de Mecenazgo que no llega, a pesar de las continuas reivindicaciones. Mientras tanto, ante esta situación de desamparo, los pequeños productores culturales, que son los más perjudicados, buscan modelos alternativos de financiación. Una de las herramientas que más éxito y acogida está teniendo es el  crowdfunding o micromecenazgo a través de plataformas online.

Según el estudio  de Crowdfunding.org existen unas 452 plataformas de este tipo a escala mundial en el año 2011. Han conseguido recaudar la cantidad de 1,5 billones de dólares con un crecimiento del 62% en lo últimos tres años, y que ha servido para llevar a cabo  más de un millón de proyectos.

En lo que respecta a España y en el sector cultural,  el laboratorio de innovación audiovisual de RTVE ha realizado un estudio sobre la plataforma Verkami, la más importante de crowdfunding en cultura. Este estudio afirma que el 73 % de los campañas propuestas han finalizado con éxito y han conseguido la cantidad solicitada, destacando Cataluña con más de la mitad de los proyectos. Aunque si nos adentramos un poco más en los datos, observamos que el 96% son proyectos con cantidades inferiores a 10.000 €.

El compromiso de la sociedad civil de apoyo a la cultura es muy loable en los tiempos que corren, y se hace patente con este método de financiación. Permite a su vez, enriquecer el panorama cultural, ya que suelen apoyarse producciones arriesgadas e innovadoras. Pero a pesar de la novedad que supone y la exaltación, en algunas ocasiones interesada,   de este modelo, éste está lejos de ser la solución a los problemas que enfrenta el sector. Los resultados de los proyectos del crowdfunding son en su mayoría muy pequeños, de ámbito  local, con poca visibilidad y  en la mayoría de las ocasiones se llevan a cabo  a costa del esfuerzo de los creadores que renuncian a buena parte de su retribución.

No debemos olvidar acerca de lo que es la verdadera batalla de la dignificación de un sector que día sí y otro también sufre los desplantes de alguno de los miembros del actual Gobierno. Se deben exigir decisiones políticas para crear un marco legislativo y fiscal que apoye el desarrollo de este entramado, antes de  que sea demasiado tarde,  y no sólo con  exenciones fiscales a las  empresas, sino también  hacía un estatus que beneficie la fiscalidad de los creadores,  como se viene solicitando desde los años 90.

Y si esto no sirve, ante el repetitivo discurso de recorte, ajuste presupuestario y reformas del empleo, dejamos dos datos significativos que pueden ayudar a entender al Gobierno la necesidad y urgencia de las reformas. Según el Forum de Davos, sobre la aportación de  cultura a la economía de futuro: Las industrias creativas crecen  más rápido que la media de otros sectores en la economía mundial y la tasa de desempleo en la esfera creativa es la mitad que la media del resto de profesiones.

Font:  Blogs EL PAÍS  28 ENE 2013

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